He pecado y pude mi esperanza y me incline
para escuchar tus gritos, de mis labios y mi lengua
robaste un beso y tomaste mis manos.
eres mi guardian, mi sombra y mi mano derecha,
dijiste que regresarias, quiero estar contigo siempre,
pero tus ojos me tienen miedo y yo te hice bondad.
carta n°3
ResponderEliminar